Al igual que el año pasado, la industria tealera en Misiones tuvo que culminar la temporada de zafra más de un mes antes de lo previsto. Mientras que en el 2024, los motivos fue la sobreproducción, en esta oportunidad se trató de una caída fuerte en las ventas.
Caída en la producción, problemas en las exportaciones y costos que no consiguen equilibrarse con el tipo de cambio son algunos de los principales motivos que agravan la situación del sector.
La zafra tealera de este año en Misiones se caracterizó por una notable reducción en la producción y un cierre anticipado de la mayoría de los secaderos. Según explicó al matutino colega Primera Edición, el presidente de la Cámara de Elaboradores de Té Argentino (CETA), Enrique Urrutia, la producción fue menor al año pasado, pero las ventas también fueron menores a las que hubo en ese período. “Entonces, como que produjimos menos, pero a su vez vendimos menos, por eso también se paró antes”, señaló.
Este fenómeno se reflejó en la decisión de la mayoría de las industrias de suspender la actividad antes de lo habitual. “Normalmente la zafra de té iba como mínimo hasta fin de abril, primera semana de mayo. El año pasado todos pararon casi a fin de marzo, primeros días de abril y este año ocurrió lo mismo”, explicó Urrutia.
El presidente de CETA señaló que entre el 80% y el 90% de los secaderos ya cerraron, con excepciones puntuales de aquellos que aún trabajan para cumplir pedidos específicos. La razón principal de este cierre anticipado radica en la falta de ventas. “Si nosotros hubiéramos tenido buenas ventas, seguramente ahora seguiríamos con los secaderos abiertos, pero como las ventas no fueron buenas este año, decidimos parar porque estábamos elaborando té que no sabíamos cuándo ni a cuánto lo íbamos a vender”, afirmó Urrutia.
Además, los costos operativos, como energía, de materia prima (hoja verde) y de mano de obra, llevaron a las industrias a optar por no continuar gastando en un contexto de incertidumbre. “Por eso la mayoría de las industrias decidieron parar antes y no gastar esperando a ver qué puede llegar a ocurrir el año que viene”, precisó.
Por su parte, el productor tealero de la localidad de Guaraní, Cristian Klingbeil destacó la magnitud de la caída productiva, trasladándose en números estimativos. “En general se habla de una caída de la producción del 40%”, graficó.
Tanto Urrutia como Klingbeil coincidieron en que la temporada 2024/2025 ha sido más difícil que la anterior. “Si me preguntás, este año estamos peor que el año pasado”, afirmó Urrutia.
“El año pasado lo que fue es por ahí se paró antes, porque habíamos producido mucho más té que necesitábamos hasta diciembre, o sea hasta diciembre ponerle que se hacía el 40% de la safra del té que vos necesitabas. Y capaz el año pasado hasta diciembre habíamos hecho el 60% porque los tesales brotaron más y se hizo más”, explicó.
En cambio, este año la situación es diferente. “Ahora este año se produjo menos té, pero se vendió bastante menos. Entonces si vos me ponés a evaluar a mí, este año fue peor que el año pasado, y si me preguntás hasta te podría llegar a decir que es uno de los peores años en los últimos 20 seguramente”.
Mercados internacionales
El mercado estadounidense, uno de los principales destinos del té argentino, ha sido un factor clave en las dificultades de esta temporada. Urrutia indicó que las ventas a este país se han visto afectadas por varios factores, incluyendo la reciente imposición de aranceles.
“Si me llamaban hace dos semanas, era un quilombo con la cantidad de impuestos que pusieron a todos los países. Lo que hicieron hoy es ponerle impuestos a todos los países del 10%”, precisó.
Esto coloca a Argentina en igualdad de condiciones con otros exportadores, salvo China, que enfrenta un arancel del 100%. “A China sí le está complicando la vida y a nosotros eso algo nos va a beneficiar, porque el té que iba de China a Estados Unidos posiblemente ahora no vaya o vaya en menor cantidad”, señaló.
Sin embargo, Urrutia se mostró cauto sobre el impacto real de esta medida. “Algo puede llegar a beneficiar, pero no sabemos cuánto y sabemos que no va a ser mucho, porque a Estados Unidos se mandan muchos orígenes. Entonces los clientes hay que ver si deciden comprar en Argentina o en otros países”, explicó.
Alternativas
A pesar de las complicaciones con Estados Unidos, el sector tealero no depende exclusivamente de este mercado. Urrutia subrayó que la diversificación de destinos es una estrategia clave. “Nosotros no vendemos solo a Estados Unidos. En nuestro caso vendemos a Estados Unidos, vendemos a Chile, vendemos a Uruguay, vendemos a Brasil, vendemos a Malasia, vendemos a Inglaterra, vendemos a Alemania, o sea, se venden a otros países”.
Sin embargo, abrir nuevos mercados o consolidar los existentes es un proceso lento. “A nosotros a veces nos pasa que pasamos tres años mandando muestras y recién el cuarto año te compran un contenedor, el quinto tres contenedores y el sexto año recién te empiezan a comprar un volumen significativo”, detalló.
La importancia de estos mercados alternativos es reconocida por el sector. “Yo creo que cada persona que puede sacar y vender té de Argentina es bueno para la industria, es muy bueno, sea quien sea y sea el mercado que sea. Así que la verdad que eso lo celebramos entre todos”.
No obstante, la construcción de relaciones comerciales requiere tiempo y paciencia, lo que limita la capacidad de compensar rápidamente las pérdidas en el mercado estadounidense.
Fuente: Primera Edición





