Un niño de 4 años fue asesinado a balazos y su padre resultó gravemente herido tras un violento ataque en la ciudad santafesina de Frontera, cerca del límite con San Francisco, Córdoba. El hecho ocurrió este miércoles por la tarde, en inmediaciones de un polideportivo, y es investigado como un posible ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico.
El episodio tuvo lugar alrededor de las 18 horas, cuando el hombre de 31 años, identificado como B.M., y su hijo, Z.T., fueron sorprendidos por un grupo de personas armadas que se movilizaban en un vehículo. Los atacantes descendieron del auto y abrieron fuego sin previo aviso, para luego darse a la fuga. Según relataron vecinos, se escucharon entre ocho y diez disparos en la zona.
Las víctimas fueron trasladadas por sus propios medios al Hospital Iturraspe, en San Francisco. El niño ingresó con cuatro heridas de arma de fuego y sin signos vitales. A pesar de los intentos de reanimación, los médicos no pudieron salvarle la vida. El padre, por su parte, permanece internado en terapia intensiva en estado crítico. Fue alcanzado por seis disparos, uno de los cuales le perforó un pulmón y otro afectó la médula espinal en la zona lumbar.
Un niño de 4 años fue asesinado a balazos y su padre resultó gravemente herido tras un violento ataque en la ciudad santafesina de Frontera, cerca del límite con San Francisco, Córdoba. El hecho ocurrió este miércoles por la tarde, en inmediaciones de un polideportivo, y es investigado como un posible ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico.
El episodio tuvo lugar alrededor de las 18 horas, cuando el hombre de 31 años, identificado como B.M., y su hijo, Z.T., fueron sorprendidos por un grupo de personas armadas que se movilizaban en un vehículo. Los atacantes descendieron del auto y abrieron fuego sin previo aviso, para luego darse a la fuga. Según relataron vecinos, se escucharon entre ocho y diez disparos en la zona.
Las víctimas fueron trasladadas por sus propios medios al Hospital Iturraspe, en San Francisco. El niño ingresó con cuatro heridas de arma de fuego y sin signos vitales. A pesar de los intentos de reanimación, los médicos no pudieron salvarle la vida. El padre, por su parte, permanece internado en terapia intensiva en estado crítico. Fue alcanzado por seis disparos, uno de los cuales le perforó un pulmón y otro afectó la médula espinal en la zona lumbar.





