Al Colectivero le duró media hora la rebeldía y la actitud para cambiar el presente. El 4-3-3 con el que salió a jugarle a su rival de turno encontró una ventaja a los 24 minutos, cuando Abraham ganó por derecha y sacó un centro preciso para que Domínguez lo transforme en el 1 a 0.
El festejo fue un desahogo, un grito contenido y una señal que se podía torcer el rumbo. Sin embargo todo se dilapidó en siete minutos. Boca la movió por izquierda y un centro preciso encontró a Villán sólo para el gol. Y tras cartón, a la salida de un lateral, Sánchez Paredez encontró un callejón enorme para rematar de media distancia y colar el tiro en el primer palo de Josué Ayala.
Quedaban 10 minutos más del período inicial, más todo el segundo tiempo. Pero el resultado no se modificó. Crucero equivocó los caminos, estuvo impreciso, atado, nervioso y se expuso a una ventaja más amplia del visitante. Mediante arrestos individuales merodeó el gol, pero nunca consiguió el empate.
El pitazo del árbitro desató una incertidumbre en el equipo que no gana hace tres meses y está último en las posiciones de la fase Reválida. Sin dudas la permanencia será el objetivo primordial para los cuatro partidos que quedan, aunque el técnico Diego Brizuela sabe que será difícil si no hay juego. En la próxima fecha Crucero visitará a Douglas Haig de Pergamino, por la sexta fecha de la Revalida.
Fuente: El Territorio





