En el último tiempo Misiones logró ser pionera a nivel nacional en el diseño y la aprobación de normativas referidas a la manipulación y el uso de agrotóxicos, la prohibición de glifosato en toda la provincia y la puesta en marcha de programas de fomento de ferias francas en pos de la soberanía alimentaria. Esto trajo emparejado el rechazo por parte de entidades agropecuarias y de asociaciones de productores que sostienen que el glifosato es “indispensable” para el control de malezas.
En una entrevista exclusiva con Misiones Opina, la ingeniera agrónoma Jesús del Valle Contreras aseguró que, en ésa etapa de transición desde la producción convencional contaminante hacia otras formas “amigables” con el medio ambiente, “existen tecnologías de producción de alimentos sanas, basadas en la ciencia digna que protegen la vida y los ecosistemas”, tales como la Agroecología, la Permacultura, la Agricultura Regenerativa, entre otras, con los mismos principios.
“Son tecnologías naturales opuestas y antagónicas al sistema convencional contaminante. Tecnologías naturales, que son altamente rentables porque además, no tienen los costos de producción externos al sistema, generalmente provenientes de multinacionales, como lo son los agrotóxicos y transgénicos”, aseveró.
En esa línea, recordó también que desde hace varios años los productores agroecológicos de la provincia implementaron los bioinsumos, también conocidos como biopreparados, elaborados por las mismas familias productoras a partir de componentes propios de su sistema productivo. “Se trata de una tecnología de autogestión organizada porque sabemos que todo lo que genera dependencia no sirve. Son excelentes como complemento de la producción sana de alimentos”, lo que a su vez garantiza la biodiversidad del ecosistema, la calidad del suelo y acompaña los ciclos de la vida en general.
Hasta hoy en día, una gran cantidad de productores utiliza glifosato -y agrotóxicos aún más dañinos- para el control de malezas en cultivos de tabaco, cítricos, frutales, yerba mate, y que son prohibidos tanto en su lugar de origen como en este país. “Se mezclan, se fraccionan sin etiquetas, se venden sin información y sin la firma de un profesional agrícola como lo estipulan las leyes”, alertó Contreras.
En esa línea mencionó algunos de los impactos que producen estas sustancias nocivas y las consecuencias que observó durante los años que se dedicó a estudiar la problemática en la provincia: “El glifosato como agrotóxico, junto a todos los agrotóxicos existentes, impactan en todos los seres vivos matando, cambiando el genoma, esterilizando, deformando, mutilando, quitando capacidades cognitivas, produciendo teratología congénita, como disruptores endócrinos y destruyendo los ecosistemas”.
Y en cuanto a la manipulación de semillas, resaltó: “Las empresas saben que el que posee las semillas posee el poder de dominar a los pueblos. Nuestras semillas nativas y criollas están en peligro. Nos las roban a las comunidades para manipularlas genéticamente. Después las venden bajo la propaganda de “alto rendimiento” sólo para vender los agrotóxicos que las mismas empresas producen. Cabe destacar que esas semillas manipuladas genéticamente, no pueden mantenerse como tal y desarrollarse sin los agrotóxicos. Y de nuevo, estas tecnologías generan dependencia y la gran injusticia del despojo y la pobreza”.
Producción de bioinsumos y eliminación del glifosato por ley
Si bien Contreras reconoció que “toda ley que proteja los bienes comunes y a las comunidades y también aquellas que promuevan tecnologías con el mismo fin, son necesarias y urgentes”, lamentó que por lo general “las leyes no se cumplen” en su totalidad. También reconoció que Misiones “tiene leyes extraordinarias que reafirman los principios de la Constitución Nacional…pero no se cumplen”.
Luego profundizó: “De todos modos esta ley, es una ley que surge a partir de la instalación de una gran empresa de Buenos Aires denominada Agrosustentable. Esta empresa, que efectuó convenios con el Ministerio del Agro de la provincia, fue la que la impulsó. No fue una ley sentida por la comunidad, no obstante su importancia”.
La Ley de Promoción de la Producción de Bioinsumos en su Artículo nº7 cambia el Artículo 1º de la Ley XVI- Nº 124, que prohíbe el uso de agrotoxicos en la zona urbana, por la prohibición del uso del glifosato sus componentes y afines en todo el territorio de la provincia, motivo que generó la reacción de empresas, instituciones y monopolios regionales que siempre impulsaron y usan el glifosato.
Sobre esta nueva normativa, consideró: “Es necesario su reglamentación con participación plena de las organizaciones, generar mecanismos eficientes y efectivos para que se cumpla y la voluntad política para que así sea. Y cuando se hagan las denuncias de contaminación, los jueces respondan con celeridad protegiendo la vida porque de eso se trata, de defender y proteger la vida y nos lo merecemos. En éste marco, la participación ciudadana en el control de su cumplimiento es fundamental”.






