Nación dijo que el paro fue un fracaso y denunció pérdidas por u$s 900 millones

Desde Casa Rosada minimizaron el impacto del paro general convocado por la CGT, aunque reconocieron una pérdida económica de casi 900 millones de dólares. “Fue el paro de la casta sindical kirchnerista de los Moyano”, afirmó el vocero presidencial Manuel Adorni. El oficialismo avanzó en el Congreso con reformas laborales durante la protesta.

El Gobierno nacional salió este jueves a cuestionar con dureza el paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y aseguró que la medida “fue un fracaso” con un “95% de rechazo” por parte de la población, aunque reconoció que el cese de actividades implicó una pérdida económica de casi 900 millones de dólares.

Desde la Casa Rosada, el Ejecutivo nacional sostuvo que el acatamiento fue bajo y remarcó que “la mayoría de la gente quiere trabajar”. El presidente Javier Milei se mostró durante la jornada junto a su Gabinete y retuiteó mensajes críticos hacia los organizadores del paro, entre ellos uno del diputado Damián Arabia que decía: “Buen jueves para todos menos para los muchachos que organizan el tercer paro general en un año, pero que mientras se choreaban un PBI y arruinaban el país, estaban calladitos”.

El vocero presidencial Manuel Adorni también apuntó contra la dirigencia sindical y calificó la huelga como parte de un intento de resistencia corporativa. “Este es el paro de la casta sindical kirchnerista de los Moyano, que por tercera vez dejan sin trabajar a millones de argentinos”, expresó a través de su canal de WhatsApp.

Y agregó: “Dejan al trabajador sin tren ni subte mientras ellos se mueven en autos importados. Hablan de ‘justicia social’ y viven en los barrios privados más caros. Están atrincherados en el poder político-sindical, enquistados en el nido de la casta”.

En la noche del jueves, fuentes oficiales aseguraron que el paro fue encabezado “por el tren fantasma” y que el 95% de los comercios en la ciudad de Buenos Aires permanecieron abiertos, según datos de Fecoba (Federación de Comercio e Industria). “No había ningún motivo para parar, fue una decisión política”, señalaron fuentes cercanas a Milei. Según esa visión, la protesta no tuvo gran impacto por el funcionamiento del servicio de colectivos y la “poca representatividad de los líderes sindicales”.

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En paralelo al paro, el oficialismo impulsó en el Congreso cambios legislativos sobre la llamada “cuota solidaria” —el aporte compulsivo de los trabajadores a los sindicatos— y presentó propuestas de desregulación del mercado laboral.

La diputada Romina Diez, referente de Karina Milei, encabezó una iniciativa que propone crear un banco de horas, eliminar el aporte solidario y permitir nuevas formas de contratación sin alterar “elementos esenciales del contrato”.

Sin embargo, la CGT celebró el paro como un éxito. En una conferencia de prensa, el cosecretario general Héctor Daer afirmó: “Hay un ajuste profundo que lleva a la caída de los ingresos. No puede existir una Argentina con precios libres y salarios pisados. Eso no tiene sustentabilidad social”.

Mientras tanto, el Gobierno espera la inminente aprobación del acuerdo con el FMI, en medio de un contexto marcado por tensiones sociales, negociaciones económicas y un nuevo capítulo en el enfrentamiento entre el oficialismo y las centrales sindicales.

Fuente: Infobae

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