Frutas y verduras de las Ferias Francas tienen agroquímicos
INFORME ESPECIAL EXCLUSIVO DE MISIONES OPINA
Hace unos años un informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) encendió la alarma. Casi el 98% de las partidas de peras ofertadas entre 2011 y 2013 en el Mercado Central de Buenos Aires y sus similares de La Plata y General Pueyrredón habían dado positivo en 20 variedades de insecticidas y fungicidas.
Más del 90% de las muestras de apio monitoreadas en esos mismos puntos evidenció restos de 16 agroquímicos y en el caso de de las mandarinas presentaron remanentes de otros 16 pesticidas.
El 85% de las manzanas revelaron presencia de 22 tipos de insecticidas, fungicidas y acaricidas. El 76,6% de las muestras de frutilla mostró restos de 17 plaguicidas. De un total de 27 frutas, verduras y producciones similares relevadas, solo cuatro variedades dieron cero en contaminación: cebolla, batata, yerba mate y almendras.
El uso de los agroquímicos se incrementó tanto en actividades extensivas, intensivas y de pequeña escala en todo el país de la mano de la producción de alimentos y otros productos, generando una serie de problemas socioambientales como la contaminación del suelo, el aire, el agua y la vegetación, así como también el alejamiento de insectos benéficos como las abejas, la intoxicación de personas y animales, las firmes sospechas de ser causantes de cáncer y muerte.
El crecimiento del uso de agroquímicos proviene de un relevamiento realizado por el investigador, Javier Souza Casadinho en las localidades de Caraguatay, Eldorado y Montecarlo. Incluso, existen funcionarios de la provincia que confirmaron a MISIONES OPINA que los productos comercializados en las Ferias Francas están contaminados por el uso de agrotóxicos, que tienen muy poco control y no se controlan las cantidades que aplican.
En este sentido, David Valera Sendra, director general de Dirección Participativa de la Secretaría de Agricultura Familiar, aseguró: “Para las Ferias Francas se está trabajando el tema de buenas prácticas agrícolas porque la realidad es que sí, se están utilizando químicos, por esto se los está incentivando a que realicen un uso racional de estos productos”.
Lastimosamente, al contrario de lo que muchos creen, los productos de las ferias francas no son todos orgánicos ni están libres de estos pesticidas. Algunos pocos mantienen la actividad limpia de esos químicos pero la mayoría los utiliza para eliminar malezas, insectos y mejorar el rendimiento de los cultivos.

El agrotóxico más utilizado en este caso es Roundup. “Esto no va asociado a un alimento específico. Es un herbicida que se utiliza al principio, previo a la preparación de suelos para eliminar malezas. En este sentido el Roundup puede estar en todos los alimentos porque no es específico para un insecto o un cultivo, es de uso generalizado para limpiar el terreno”.
Según el informe elaborado por Javier Souza Casadinho, basándose en el trabajo de la Red de Acción de Plaguicidas, existen 126 pesticidas altamente peligrosos que se comercializan en Argentina y son utilizados en actividades agrarias. Tres de ellos para uso industrial (borato de cobre cromatado, arseniato de cobre cromatado y el aceite de la cresota).
Los otros 123 se utilizan en actividades agrarias intensivas y extensivas como: domisanitarios, línea jardín y en campañas sanitarias. 51 son productos insecticidas o acaricidas, 10 solamente se utilizan como acaricida, 27 se utilizan como herbicidas, 20 como fungicidas, 5 como biocidas, 2 como reguladores del crecimiento de vegetales, 2 como nematicidas, 3 como rodenticidas y 3 como cura semillas.
“Estos insecticidas se evaporan muy rápido por el viento, se acumulan y generan enfermedades en el sistema endocrino. Queremos encontrar soluciones entre todos, los consumidores, productores, las empresas, el Estado y sus instituciones”, señaló Javier Souza Casadinho.
Estos productos se expenden bajo diferentes nombres comerciales entre los cuales varía la concentración del producto activo, la forma de presentación y la empresa fabricante.

(Foto: El Territorio) Un niño de una chacra misionera manipulando agroquímicos sin las condiciones de seguridad necesarias.
¿Cuáles son los alimentos mayormente contaminados?
En cuanto a aspectos productivos, en las últimas décadas se incrementó el cultivo de transgénicos a nivel nacional, principalmente de soja y maíz a partir de la adopción de un paquete tecnológico basado en la utilización de semillas modificadas genéticamente que son tratadas con el uso de herbicidas como el glifosato, atrazina y paraquat, fertilizantes nitrogenados y fosfatados, insecticidas como el clorpirifos y el imidacloprid, además de fungicidas como el carbendazi.
Otros de los alimentos que se ven afectados son las frutas, hortalizas, el trigo, la cebada, el girasol, el arroz, la caña de azúcar, frutales cítricos y en el caso de Misiones el tabaco y la yerba mate.
La producción de plaguicidas se distribuye en varias provincias argentinas en un total de 400 empresas registradas en SENASA, pero la actividad principal de formulación y síntesis se concentra en unas 100. Por otra parte, deben ser registrados en el Registro Nacional administrado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad agroalimentaria, a través de la Dirección Nacional de Agroquímicos, Productos Veterinarios y Alimentos.
¿Qué ocurre en Misiones?
En Misiones 5 de cada 1000 niños nacen con Meliomeningocele, una malformación del sistema nervioso central. Los casos se reiteran en las zonas tabacaleras y papeleras, donde se usan agrotóxicos, principalmente el glifosato, componente clave de los pesticidas Roundup de Monsanto.
El problema se traslada a todo el ambiente con la degradación del suelo, la contaminación del aire y el envenenamiento de los cursos de agua. La provincia cuenta con una norma creada para evitar estas situaciones, la Ley de Agrotóxicos 2980 que debe ser aplicada por el Ministerio de Ecología.
Javier Souza Casadinho aseguró que: “En la provincia hay muchos casos. A través de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en América Latina (RAPAL) hicimos una lista de los plaguicidas extremadamente peligrosos. Si bien todos son peligrosos, hay algunos que lo son en extremo. Son aquellos pesticidas que se evaporan más rápido, o se trasladan por el viento y generan enfermedades endocrinas”.

Además, especificó cuáles son los diferentes tipos de plaguicidas utilizados para la yerba, el tabaco y las mascotas domésticas: “Hay una lista muy grande, por ejemplo, el glifosato, el imidacloprid que se utiliza mucho en las chacras y de manera doméstica en mascotas. Detectamos aquí en Misiones, también, el uso del fipronil que es un plaguicida altamente tóxico. Además, la utilización de acefato y clorpirifos que son insecticidas muy tóxicos; el herbicida Paraquat que en muchos lugares del mundo está prohibido, sin embargo, en la provincia se está usando en cultivos de yerba y tabaco. Son todos plaguicidas que, por sus características y sus efectos a la salud, no deberían ser utilizados”.
A todos estos se suma el sulfluramida empleado como cebo tóxico para combatir las hormigas.
La agroecología como propuesta tecnológica y paradigma civilizatorio
Es una disciplina científica relativamente nueva que frente a la agricultura convencional se basa en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles para generar relaciones sustentables entre los seres humanos y el ambiente.
David Valera Sendra, desde la Secretaría de Agricultura Familiar habló sobre las capacitaciones que realizan en materia de agroecología destinadas a pequeños productores de toda la provincia e indicó: “Intentamos demostrar la mirada holística que tiene la agroecología. Parte de la dificultad está en eso, en contraponer el modelo de agricultura industrial que simplifica a la agricultura, la minimiza, es trabajada a través de monocultivos; y con la agroecología queremos demostrar que hay una alternativa a esa agricultura que es todo lo contrario, es compleja, basada en la biodiversidad, en diseños de chacras complejos con una mirada ecosistémica”.
Y agregó: “Es un poco difícil que la gente desaprenda las cosas a las que está acostumbrada. Cuando la gente desconoce la agroecología llega y dice- tu chacra está sucia, tu huerta está sucia- En realidad esta chacra tiene el suelo protegido, allí se aplican técnicas agroecológicas para proteger el suelo y para reciclar nutrientes. Es un ejemplo muy sencillo que sirve para contraponer estos dos modelos”.

Los envases de agroquímicos también son contaminantes y muchas veces quedan tirados en los campos después de su utilización. Hay iniciativas para reciclarlos y sacarlos de las chacras pero avanzan lentamente.
Alternativas naturales para cultivar sin hacer uso de plaguicidas
Aplicación directa de abono animal (como el estiércol de vaca)
Lombricompuesto: Consiste en la cría y producción de lombrices detritívoras y el tratamiento, por medio de ellas, de residuos orgánicos para su reciclaje en forma de abono denominado humus de lombriz, lombrihumus o lombricompost.
Uso de abonos foliares: consiste en la fertilización de las plantas a través de las hojas, su utilidad principal es la de corregir los problemas nutricionales que puedan aparecer en nuestros cultivos, su aplicación es directa sobre la parte aérea de las plantas y complementa e intensifica el resto. Se puede elaborar con cáscara de roble, estiércol de vaca, ortiga, alfalfa, entre otros compuestos orgánicos.
Abono compuesto o “compost”: Se elabora con la mezcla de restos orgánicos entre los que se pueden enumerar residuos de cocina, yuyos, pajas, estiércoles, ceniza y tierra. El abono orgánico se puede obtener en forma casera y es un abono “rico”, con el cual las plantas se alimentan.
Abonos verdes: es toda planta que se cultiva en la tierra o a la que se le permite su crecimiento, con el fin de proteger el suelo y posteriormente se incorporará al mismo para recuperar aportar y mejorar las condiciones biológicas, físicas y nutricionales del suelo.




