Insumos de producción son 73% y 59% más económicos en Paraguay y Brasil

En un país donde los costos de producir son cada vez más asfixiantes, la radiografía regional de precios que elaboró el Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea pone el foco sobre una verdad incómoda: Argentina está perdiendo terreno en competitividad frente a sus propios vecinos. La comparación incluye 17 insumos y servicios industriales esenciales, y muestra que en países limítrofes como Paraguay y Brasil los costos son, en más del 70% de los casos, considerablemente más bajos.

En un contexto recesivo, con caída del consumo y pérdida de rentabilidad para casi todos los sectores productivos, las industrias radicadas en provincias como Misiones se encuentran en una situación especialmente crítica. Por su localización geográfica y por su entramado productivo regional, Misiones compite directamente con Paraguay y Brasil en rubros como la forestoindustria, la yerba, el té, los alimentos, el software y la construcción. Pero lo hace con una mochila cada vez más pesada: el costo argentino.


La brecha que duele

El informe —realizado por los economistas Marcos Cohen Arazi, Valentino Costamagna y Ana López— compara precios en seis países: Argentina, Paraguay, Brasil, Chile, Uruguay y Estados Unidos. El resultado global es contundente: el 51% de los insumos analizados son más caros en Argentina. Pero la situación se vuelve mucho más crítica cuando se la observa desde el costado fronterizo. En Paraguay, el 73% de los productos relevados son más baratos; en Brasil, el 59%.

La distancia se vuelve insalvable en ítems básicos: el gasoil, la energía eléctrica, las varillas de hierro, el caucho, el cemento. También en salarios industriales y servicios como coworking o desarrollo de software. Todo cuesta más en este lado del río.


Impacto directo

Esta distorsión de precios afecta de lleno al sector privado misionero. En una provincia que busca consolidar su modelo productivo y dar valor agregado a su producción primaria, el costo de los insumos importados o nacionales caros representa una desventaja estructural.

Por ejemplo, mientras un desarrollador de software argentino cobra en promedio US$ 2.048, en Paraguay cuesta tres veces menos y en Brasil casi la mitad. A pesar del talento local, competir en precios de exportación se vuelve cada vez más complejo. La misma lógica se traslada a otras cadenas: desde aserraderos hasta cooperativas agrícolas.

El salario industrial promedio en Argentina ronda los US$ 1.499, cifra que más que duplica el valor en Brasil. Y si bien los granos y harinas tienen mejores precios locales por efecto de las retenciones, el resto de los insumos —desde neumáticos hasta azúcar o notebooks— vuelven cuesta arriba cualquier intento de expansión productiva.

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Los autores del informe no esquivan el análisis de fondo. Señalan que el país enfrenta serias deficiencias macroeconómicas e institucionales, que se traducen en déficit de inversión, debilidad del crédito y un sistema tributario distorsivo.

“La competencia entre la producción nacional y la proveniente de otros países puede resultar sumamente difícil, teniendo en cuenta que una gran proporción de los insumos son más costosos”, advierten.

Y agregan: “La fragilidad del sector productivo nacional en el contexto actual y a mediano plazo solo puede revertirse con reformas estructurales y transformaciones microeconómicas oportunas”.


Revisión del terreno de juego

Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) también denunciaron que el sector atraviesa una fase crítica de estancamiento que impacta en el empleo formal. Según Martín Rappallini, presidente de la entidad, desde marzo de este año se pierden entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo mensuales. La caída sostenida en la actividad económica y la falta de condiciones estructurales para competir en igualdad de condiciones son, a su juicio, los principales factores detrás de esta tendencia.

Este deterioro se produce en un contexto de fuerte heterogeneidad entre rubros, avanzando en diferentes velocidades. Mientras algunos sectores, como la minería, el petróleo, la industria automotriz, las motos y ciertos segmentos de línea blanca mantienen niveles de actividad relativamente estables, otros muestran señales claras de retroceso. “Tenemos sectores como materiales de construcción, textil, confección y metalmecánica que siguen con una caída en torno al 15% al 20%”, sostuvo el dirigente industrial.

Fuente: Primera Edicion

  1. Todo sube menos los sueldos. Imposible que compitan con brasil y es claro que ellos tienen todo más de un 50% más barato no quieren enriquecerse subiendo un producto a un costo irracional

  2. Contratar servicios de desarrollo de software es contratar conocimiento. No se puede comparar un promedio cómo si fuera azúcar o caucho. Porque no es lo mismo hacer una página web con información estática que hacer todo un sistema para gestionar un negocio específico. El azúcar es azúcar y el caucho, caucho. El conocimiento para hacer una página web estática es una cosa (tiene un costo) y hacer un sistema de gestión para un negocio especifico es otra cosa (tiene otro costo). Sacan un promedio general para comparar conocimiento, como si tuviera sentido hacerlo. Pero carece de todo sentido, en el contexto que se usa. Además estaría bueno que citen la fuente original de los economistas (Arazi, Costamagna y López) con un enlace a la misma. Funciona en Internet y funciona afuera de la red. Quien cita correctamente no está haciendo plagio. Pero si no lo hace, sí.

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