Analizan recortar materias y revisar contenidos obsoletos en la UNaM

La medida surge a raíz de la existencia de materias que ya no sirven más y quedaron obsoletas con el paso del tiempo, en parte por la irrupción de las nuevas tecnologías y técnicas de aprendizaje, además de los cambios en el mundo laboral.
Desde hace décadas, uno de los principales problemas de la universidad pública es la extensión del plazo para culminar las carreras de grado. Desde Nación consideran que este problema se debe al modelo de enseñanza, por lo que aconsejaron repensar la continuidad de aquellas materias y conocimientos que no encuentran aplicabilidad con la realidad política, económica y sociocultural que atraviesan algunas provincias y que, por ende, no contribuyen al desarrollo profesional de los graduados.
El pasado 4 de abril el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, visitó la provincia y se reunió con la rectora de la Universidad Nacional de Misiones y los decanos de cada facultad con el fin de repensar esta problemática.
En diálogo con un medio local, el ministro afirmó que: “Hoy tenemos carreras larguísimas en el promedio teórico. Sacar un abogado lleva cinco años que lo haga en términos perfectos. La lógica en promedio es de siete. En el caso de un ingeniero, lleva un tiempo mucho más largo. Por eso, las carreras tienen que ser más cortas. Cualquier cantidad de materias de conocimientos que hoy no sirven para el desarrollo profesional tenemos que acortarlas”.
Por su parte, Alicia Bohren, rectora de la UNaM habló sobre la reunión que mantuvo con el ministro e hizo hincapié en la posibilidad de recortar en años las carreras, además de tener en cuenta los contenidos brindados acorde a cada una.
En este sentido recordó: “Desde la Universidad se trabaja en identificar cuáles son las demandas que existen en la sociedad, que van desde lo que exige el mercado como también en la reflexión de las prácticas cotidianas”.
También, reconoció que modificar la duración de las trayectorias académicas implicaría una discusión en profundidad que, en esta instancia, no está considerado en la casa de altos estudios de la tierra colorada.
Modificación de Planes de Estudio
Tanto decanos, como docentes y alumnos consideran que los planes de estudio deben tener revisiones y la duración puede ser puesta en discusión. Sin ir más lejos, en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales existen carreras cuyos planes de estudios exceden las 2 décadas de antigüedad.
Algunos ejemplos:
La licenciatura en Antropología Social es el caso más crítico. Esta carrera cuenta con un plan de estudios cuya última edición se realizó en el año 1995 y es la carrera que lleva el menor número de egresados por año. Le sigue el profesorado en Educación Especial con un plan de estudios de 1996 y la licenciatura en Turismo y Guía de Turismo con un plan de estudios que data del año1997 y continúa siendo vigente hasta el día de hoy.
De la década del 2000, el plan de estudios de mayor antigüedad corresponde al profesorado y licenciatura en Letras, del año 2002. Le sigue el profesorado en Ciencias Económicas: Plan de Estudios del año 2004. La tecnicatura en Comunicación social con un plan de estudios del año 2005. La carrera de Bibliotecología con un plan del año 2006 y el profesorado en Portugués: Plan de Estudios del año 2007.
Entre los planes más nuevos se encuentran la licenciatura en Trabajo Social: Año 2010. El profesorado y licenciatura en Historia con un plan del 2013 y por último se encuentra la Tecnicatura en Investigación Socioeconómica cuyo plan de estudios es el más nuevo de esta casa de estudios y corresponde al año 2017.
Carga horaria
También, el ministro junto a los decanos, analizaron la posibilidad de reducir la carga horaria de las carreras de grado. Por su parte, la decana de la facultad de Ciencias Económicas, Miriam Beretta, sostuvo: “Hoy en día competimos con las universidades privadas, que ofrecen los mismos títulos de grado, pero con una menor carga horaria”, aseguró en diálogo con un medio local.
Desde la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, a cargo de la decana Gisela Spaciuk, consideraron que: “En una primera instancia tenemos que discutir cuál es la calidad que la educación superior tiene en un proyecto de país. No alcanza sólo pensar si las carreras son más cortas o largas ya que sería aislar la discusión central y estructural”.
Y agregó: “Hoy se piensa más de acuerdo a los requerimientos de las empresas, pero debemos tener una mirada mucho más completa y comenzar a definir qué tipo de profesionales formamos y con qué calidad salen nuestros egresados”.
Educación para servir a la comunidad local
Actualmente el sistema educativo superior atraviesa momentos de cambios profundos debido a la crisis a nivel presupuestario, como también por la demanda de carreras técnicas, el desfinanciamiento a proyectos de investigación, la falta de atención y acompañamiento durante la trayectoria académica de los alumnos y la falta de inserción laboral pese a contar con un título terciario o universitario, son sólo algunos ejemplos.
Los reclamos de los estudiantes
Desde las agrupaciones estudiantiles existe una alta demanda de políticas públicas de inclusión que garanticen el acceso y permanencia en el nivel superior, algunas de ellas son:
La constitución de políticas públicas que aseguren que todos los estudiantes tengan los recursos y tiempos necesarios para realizar una carrera de grado, contando con: transporte, becas, comedor e instalaciones educativas en condiciones.

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