Si la Nación regalara la energía, Emsa podría reducir sólo un 11% la tarifa
Si la Nación decidiera regalarle la energía que consumimos los misioneros a la empresa distribuidora Emsa (cosa alejada de la realidad), ésta podría bajar solamente 11% su tarifa, porque el resto (89%) se va en los exagerados y millonarios costos propios internos en áreas como salarios, mantenimiento, repuestos vehiculares, administración, etcétera.
La energía sólo cuesta el 11% de todo lo que Emsa gasta por año. Por ejemplo, para verificarlo en números, durante el 2015 se compró energía por 173 millones de pesos y las ganancias obtenidas por esa venta fueron de 691 millones. Con esta diferencia, cualquiera pensaría que la empresa está haciendo un negocio fenomenal, pero falta un detalle: cuándo gasta y en qué.
Los números del balance del año pasado, a los que accedió PRIMERA EDICIÓN, revelan que los egresos (gastos) de Emsa treparon hasta los 1.589 millones de pesos, casi diez veces el valor que pagó por la energía.
En los años anteriores, 2013 y 2014 la proporción fue parecida: en 2013 compró energía por 157 millones, la vendió a 570 millones pero tuvo gastos por 927 millones. Y en 2014 adquirió energía por 145 millones, la vendió a 680 millones, pero los egresos se dispararon hasta los 1.163 millones.
Los datos surgen de un comparativo de los últimos tres balances de la empresa bajo la presidencia del clossista Sergio “Pity” Ferreyra, quien para tapar ese agujero negro contaba con permanentes envíos de dinero por parte del exgobernador Maurice Closs y la anuencia permanente del secretario general del sindicato de Luz y Fuerza, Julio Héctor “Cachilo” Rodríguez.
Lo inexplicable de esto es el desmanejo que se revela con estos números porque la empresa vende la energía cinco o seis veces más cara de lo que la compra. Pero, igualmente, gasta diez veces más de lo que paga por esa energía. Por lo tanto, pierde cientos de millones cada año. ¿Por qué no reduce esos costos internos? ¿desmanejos, ineficiencia o negocios?
Indudablemente, en el 89% de gastos propios hay desmanejos que se mantienen desde hace varios años, de lo contrario no se explica semejante gasto que en una empresa supera todo lo previsible.
Una caja que siempre estuvo sospechada de financiar al Gobierno de turno en épocas de campaña.
Los balances de la empresa siempre fueron uno de los secretos mejor guardados de la gestión, para evitar que la gente se entere los millonarios gastos.
En el balance 2015, por ejemplo, las erogaciones por generación fueron de 174 millones de pesos; sólo en transmisión se gastaron 95 millones, los gastos de distribución fueron la friolera de 429 millones (crecieron 36% respecto al año anterior), gastos administrativos por 390 millones (también crecieron 36%), gastos de comercialización por 209 millones (crecieron 45%), gastos de servicios generales por 36 millones (crecieron 89%) y gastos de financiación por 79 millones de pesos (crecieron 75%).
El año pasado hubo un gigantesco agujero negro que la Provincia tuvo que rellenar con más de 900 millones de pesos en aportes de dinero que pertenecen a todos los misioneros y que podrían destinarse a otras prioridades, en lugar de salvar la ineficiencia de los funcionarios.
Como llamativo, del balance del año pasado, se destaca que el ítem repuestos para los rodados se comió más del 60% de todos los gastos en servicios generales. Es decir que, de 36 millones de pesos, el 64% fue para vehículos.
Otro dato llamativo que refleja el último balance, es en el pasivo. Las cargas fiscales se están financiando con dinero de los empleados y aumentaron más del 200% de un año a otro. Otros pasivos (que se deberían desglosar) también tienen un aumento muy significativo alcanzando 175% respecto al año anterior.
En los activos, la cuenta “almacenes” el aumento de precios se mantuvo de un año a otro, y esto puede deberse a dos cuestiones: no se usó durante el año o no se repuso lo utilizado en el año. Pasaron casi cinco meses y no aparecieron las novedades de la auditoría encomendada por la Provincia, para apaciguar los nervios de los usuarios, situación que genera malhumor social y descrédito de los gobernantes.
Asimismo, la Secretaría de Energía creada este año, supuestamente para diagramar una política energética a largo plazo, brilla por su ausencia.
El secretario, Sergio Lanziani, en lugar de ocuparse de Emsa se dedica a las energías alternativas y muchos creen que su organismo tendrá el mismo final que la empresa Edemse, creada en los años 80 por el gobierno radical para mejorar la eficiencia energética pero que terminó absorbida por la burocracia y sin poder torcer el deteriorado rumbo de Emsa.
En qué se gasta
Los conocedores del tema sostienen que es inexplicable que una empresa energética gaste el 90% en administración u otros gastos, significa que está mal manejada.
Para colmo, los trabajadores se quejan porque cobran menos que sus colegas de otras provincias, cuando se piden focos para iluminar las calles no hay en depósito, en el interior cuando piden combustible para las camionetas tampoco se puede entregar.
Las compras de la empresa se realizan en insumos que después se desconoce el destino. Hay grandes sospechas acerca de las empresas proveedoras de Emsa, tanto de trabajos y servicios como de insumos. Algunas se cree que están ligadas a funcionarios y sindicalistas.
Para colmo, Emsa pierde el 40% de la energía que le compra a la distribuidora nacional y para recuperar ese desmanejo le sube la tarifa de luz a los usuarios.
Este es uno de los principales desmanejos de la empresa, que ya fue publicado por PRIMERA EDICIÓN meses atrás. ¿Por qué cuesta tanto la energía en Misiones? Uno de los motivos es el desmanejo que existe en la empresa, que compra 100% de energía pero sólo factura por el 60% aproximadamente de lo que compró, porque el resto se pierde, desaparece, sin explicación.
Esta pérdida se puede comprobar fácilmente al comparar los números de la cantidad de energía que compra Emsa y lo que finalmente factura, donde se observa claramente un 40% menos. Todas las empresas eléctricas del mundo tienen pérdidas por ineficiencia, hurto o por las distancias que recorren los tendidos eléctricos, pero en general se ubica cerca del 12%.
Desarrollo postergado
Algunos estudios revelan que el consumo de electricidad de un pueblo está claramente relacionado con su nivel de vida, su progreso y su confort. Las ciudades y los países con mayor consumo energético tienen garantizado el desarrollo de industrias, la radicación de empresas, el crecimiento económico y social y por consecuencia tienen mejor calidad de vida.
Misiones es una de las provincias que menos energía eléctrica consume por habitante, aunque viene creciendo fuerte en los últimos años su participación en el total del país.
Si la empresa provincial fuera más eficiente y si el manejo fuera transparente, sin tantas pérdidas, Misiones seguramente tendría otro potencial y la proyección de crecimiento sería mucho más optimista.
Con este panorama, frente a un porcentaje de pérdida de casi el 40%, queda claro que hay un enorme desarrollo provincial postergado a causa de los manejos poco claros y la responsabilidad compartida entre los distintos presidentes en las últimas décadas y un actor que ha estado siempre presente en el manejo de la empresa: el Sindicato de Luz y Fuerza. Fuente: Primera Edición
Me imagino que al Cachilo y al Pity le habrán pegado un boleo en el orto.Pero los actuales: Son tan inútiles como los anteriores? Si es así, siga el baile! GESTION señores.! Parece que nadie sabe administrar!!! Pero quedarse con vueltos, siii !