De taquito
Por Guido Encina*
“…Así, pibe, sin ponerse colorado. Lo putearon de lo lindo, pero el resentido parece que cuanto más lo insultaban más se enchufaba. Escucháme un poco: el tercer gol lo metió de taco, con las manos en la cintura, sonriendo para el lado en que estaba la hinchada…”
La Traición de Eduardo Sacheri
En el 25, el gol de taco valía 10 puntos. No es solamente utilizado como último recurso, sino que muchas veces es para darle el sello distintivo propio de un lujo. “Llevar de taco” es una expresión que muchas veces se empareja con una práctica sencilla y poco incómoda. Maradona lo hace al ritmo de la canción “Life is Life”. Comenzó el mundial de fútbol y se me dificulta no maridarlo con la coyuntura política actual.
El mejor equipo de los 50 años empezó a escarmentar. Hubo varios cambios en el gabinete desde la llegada del DT, Mauricio Macri. Pero en esta última semana sorprendieron algunas salidas. El presidente lo sostuvo y lo “bancó” a Juanjo Aranguren en los momentos bien complicados. Las críticas por el aumento descomunal de las tarifas lo tuvo al ex ministro como el receptor de los insultos de la hinchada, que se hinchó de ser objeto de ajuste.
Pancho Cabrera, otro referente del PRO y de los más antiguos funcionarios que siempre acompañó a su amigo Mauricio, debió dejar sus funciones como jefe de la cartera de Producción. Su desempeño no cumplió con las expectativas. “Moreno les rompió la cabeza”, contestó el DT, a modo de defensa a uno de sus preferidos, tras escuchar las críticas provenientes la UIA.
Otro de los que no pudo llevar de taco sus tareas fue el hombre de apellido difícil, pero conocido por los argentinos: Federico Sturzenegger. Al ex Secretario de Política Económica de la Nación Argentina en tiempos de De la Rúa, lo hicieron renunciar por otra escalada del dólar. El pacto con el FMI, seguramente tuvo mucho que ver con esta decisión y el economista dejó otro lugar vacante para que el mejor equipo de los 50 años mueva el banco.
“Noooo que va a ser difícil, nooo, noooo. La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar. En mi presidencia no va a ser un tema”, se adelantó quien se mostraba como el futuro Gran DT en épocas del kirchnerismo. Por aquellos días parecía que Macri la tenía súper clara, que no sólo la llevaba de taco, sino que hasta parecía que fumaba bajo el agua. Sus expresiones ante los medios generaron en algún momento mucha empatía y seguridad. Se lo veía como quien maneja los hilos de un partido haciendo lujos, tirando magia en el campo de juego.
Macri es un lujo constante con sus declaraciones, su guión es notable y sus asesores saben que “la descose” a la hora de plantarse en un escenario circular o en los medios amigos. Sin embargo, desde que gobierna el país dista de ser ese jugador lujoso que promete en su labia que aplaude su hinchada. Hasta los menos optimistas apostaban que las finanzas del país iban a ser equilibradas y la cuestión monetaria un “trámite” para el mejor equipo, pero quedó demostrado que efectivamente, el presidente cumple con las entelequias en tiempos de la pos-verdad y no con la praxis.
“Se están tomando estas decisiones por las dificultades terribles en las que está el país”, expresó algo incómoda Patricia Burllich Luro Pueyrredón cuando era consultada por la disminución de los haberes jubilatorios mientras se desarrollaba como ministra de Trabajo en el 2001. La jugada le salió mal al ex presidente y a su equipo que lejos estuvo de llevarla de “taquito” y terminó su partido antes de lo esperado.
La inflación cada día que pasa se siente más. El salario se pierde entre el signo porcentual que viene acompañado de números que aumentan. Mientras tanto algunos nos distraemos con los lujos que nos regalan algunos fenómenos que le ponen color al mundial de fútbol.
“El recorte del 13% en los haberes previsionales afectará a 533.401 jubilados, que representan al 16% del total de la clase pasiva del país”, publicó el diario La Nación el 24 de julio en el inicio del nuevo siglo tras el anuncio de la hoy ministra de Seguridad. Si bien hoy no existe la Ley de la Convertibilidad, con el aumento de la moneda extranjera y el impacto en los precios de manera inmediata afecta en el bolsillo de todos los que la vemos desde la tribuna y más del 13% en muchísimos casos, empleados públicos, jubilados, entre centenares de etcéteras.
No hace falta ser un crack en los números para entender que de no mejorar las paritarias será un año ruin para millones de familias argentinas que confiaron en ese equipo que parecía que se la llevaba de taco y se terminó encontrando en un partido cada vez más complejo contra la economía cotidiana.
*Periodista de MISIONES OPINA